Poco a poco vamos haciéndonos más y más mayores: ya recogemos todo el material de maravilla, sabemos dónde está cada cosa, vamos ganando autonomía...
Pero hay algo que la mayoría no sabemos hacer solos: abrocharnos los botones de la bata, aunque... ¡qué no cunda el pánico!
¿Quién no tiene la mano de un amigo o de una amiga cuándo más le necesitamos?, pues así sucede en nuestra clase cuando les digo que no podemos empezar la clase hasta que no estén las batas bien abrochadas jijijiji.
Y, es que, sin duda, entre todos siempre es mejor, HOY POR TÍ, MAÑANA POR MÍ.